"SOY UNA MUJER QUE TIENE UN CORAZON QUE A VECES SE DA CUENTA." C.L.

martes, 12 de junio de 2012

REFLEXIONES SOBRE MERIDA


Buenos Aires. Aeropuerto, pasaporte, embarque. DF.Combinación. Maleta. Aduana. Mérida.
Calor. Mucho calor. Palmeras a través de la ventanilla del auto que me llevó al hotel El Castellano, donde fui alojada. Y ese tono latinoamericano, tan amable, tan distinto a mi argentino, que da la sensación de que todo el tiempo te invitan a cenar.
El Amaro fue el testigo de la integración entre los participantes del Festival. Bajo su árbol viví enriquecedoras charlas y muchas risas.
Los espectáculos que formaron parte del corpus del Festival, mostraron la gran variedad de estilos, de búsquedas estéticas, de textualidad, que estamos transitando en este tiempo.
Interesante fue encontrarme con similares características y dificultades de producción entre los diferentes grupos (y países). No me sentí tan sola. Aunque también algo desesperanzada en cuanto a políticas culturales se refiere.
Participar con nuestro espectáculo nos produjo primero alegría, orgullo, responsabilidad, y luego, muchísimo agradecimiento. Por el respeto con el que fuimos tratadas, con la tranquilidad y la alegría con la que se trabajó, con las facilidades procuradas.
Llevar nuestra obra, y con ella, nuestra manera de hacer teatro, y con esto, de ver el mundo; compartir con colegas de lugares lejanos nuestras inquietudes y reflexiones y maneras de expresarlas; vibrar con ellos; sentir su aplauso y brindarles el nuestro; todo esto tiene para mí un valor incalculable, que hizo que mi regreso a mi país y a mi tarea esté inundado de reflexiones profundas sobre las maneras de trabajar, de producir, de relacionarnos con el quehacer que nos compete.
Por eso, no somos las mismas al volver del Festival. Regresamos enriquecidas por todo lo que nos llevamos de esta hermosa experiencia. 
Verónica Mc Loughlin

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